jueves, 29 de mayo de 2014

Museo Nacional de la Historia del Traje en Buenos Aires


      El Museo Nacional de la Historia del Traje se aloja en una casa antigua declarada Patrimonio Histórico Nacional y atesora más de 8500 piezas de indumentaria urbana argentina desde el siglo XVII hasta nuestros días. En 8 salas claramente diferenciadas se pueden apreciar prendas de ceremonia, diarias, deportes, de playa, de fiesta y ropa interior de mujer, hombres, jóvenes y niños.

     El recorrido por el museo comienza por la galería en la que se encuentran prendas de 1810, el hombre luciendo frac y la mujer con vestidos de corte imperio con puntillas y peinetones.


     Siguiendo el recorrido, pasamos a una sala con prendas de vestimenta femenina y masculina desde 1860 a 1910, en la que podemos ver vestidos de fiesta, de tarde, de paseo y para ir al teatro.




       Como vemos en imágenes, hacia 1865 desaparecen los miriñaques y el vuelo se lleva hacia atrás gracias al “polisón”, un ahuecador confeccionado con ballenas independiente del vestido que se coloca debajo del vestido. Además, vuelve a aparecer la “polonesa”, un vestido que separa por delante la falda de abajo y forma hacia atrás una cola más o menos larga, orillada con volantes y plisados, bandas de encaje plegados o pasamanería.


      En 1870 el corsé hace furor marcando el talle avispa, ideal de belleza femenino hasta 1910 que servía para indicar la diferencia de clase, ya que una mujer encorsetada no podía hacer ninguna actividad, sólo mostrarse, a diferencia de las clases bajas que no lo usaban porque trabajaban.


      Hacia 1891 las faldas se angostan y las mangas se vuelven a llevar abombadas, por lo que sobre esas inmensas mangas sólo podían llevarse abrigos como pequeñas capas.
    A principios del Siglo XIX el corsé ya no ajusta tanto y la cintura vuelve a recuperar su tamaño real. 
   En 1910 cambia la silueta femenina presentando una moda que pone de relieve la naturalidad del cuerpo. A partir de la Primera Guerra Mundial termina el período de ocio para la mujer, que fueron desencorsetadas por Chanel, Madeleine Vionnet y Paul Poiret quienes le enseñaron la importancia de la libertad.




      A partir de 1920 se inició un nuevo período para la mujer, que ganó territorio y libertad en el mundo diario y laboral. Desaparecen los vestidos pomposos, ganan lugar los vestidos sencillos, hasta la rodilla, combinados con collares de perlas, flecos, pieles, pañuelos y casquetes o sombreros. A Chanel le debemos gran parte de la libertad de esta época. 




    El recorrido sigue por una pequeña muestra de los trajes de baño que se utilizaban en la  época, para niños, hombres y mujeres, entre los que se distinguen enteritos, trajes de dos piezas con mini short y sombreros. Todo esto está acompañado del "reglamento de baño" de fines del siglo XIX, en el que se refleja las acciones sociales que cada persona debía seguir en la playa, cosas que hoy nos resultan cómicas pero que en ese entonces eran obligatorias.





    La crisis económica de la posguerra hizo que la juventud tenga que salir a trabajar para tener su propio dinero, independencia económica que hasta ahora no habían tenido. Surgió la juventud rebelde, un grupo que necesitaba su propia cultura, música, hábitos culturales, etc, por lo que surgieron nuevos hábitos de consumo de jeans, motocicletas, remeras, bebidas, música, etc. El jean, pieza emblemática de la juventud fue adoptada como propia.









   En los años 60 y 70 se desarrolla la cultura hippie y el inicio de la moda unisex con la que hombres y mujeres utilizan la misma ropa. Pantalones pata de elefante, camisas atadas, blusas grandes, camisas de bambula, collares largos, cabello largo en el hombre, vincha finita en la frente, estampados batik, la combinación infinita de lo geométrico y el futurismo.




    También hay una sala dedicada a la ropa de niños, cuando aún se usaban los colores pasteles, los cuellos, el encaje, los bordados y los varones usaban el pantalón corto, vestimenta muy diferente a la de esta época en la que los niños usan todo tipo de colores, hasta el negro.

Vestido de fiesta de Nina Ricci 1985

Vestido de fiesta 1981

Vestido de fiesta de Roberto Piazza 1992

Vestido de novia 1979

Capa 1950 Jacques Dorian

Vestido de paseo 1895 Worth

         Estos vestidos que vemos forman parte de una sala en la que se exhiben vestidos de grandes diseñadores.






     Sobre el patio del museo, una sala muestra accesorios de la década del 60 y 70, lentes de pasta, anillos y pulseras coloridos, los clásicos zapatos de charol negro simil Pilgrim y las medias estampadas que Mary Quant creó para acompañar su principal invención: la minifalda, que también se llevaba con las eternas botas GO-GO.

       El recorrido por el museo es sumamente recomendable para todos los que gustan ver cómo la moda refleja los principales hechos de la historia. Lo pueden disfrutar en Chile 832 (CABA) o buscar más info en http://www.funmuseodeltraje.com.ar/

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