La pasarela se convierte en un pasillo de hotel de los que salen distintas mujeres con pelucas negras, de corte garçon y labios rojos que parecen haberse despertado sorpresivamente durante la noche.
Los años 20 se reinventan en esta enigmática pasarela en la que la vedette es el pijama, al cual vemos en holgadas chaquetas y vestidos de seda en color claro con print floral, faldas y vestidos simil baby doll, vestidos lánguidos de terciopelo, detalles de encaje, bordados y transparencias. Arriba, tapados de piel, debajo de los cuales se puede llevar todo o nada.
La colección se completa con bolsos y carteras en piel, de diferentes colores y detalles en puños y terminaciones.
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